Interpretación
La letra de la canción 'Jesu, Kraft der blöden Herzen' de
Kirchenlieder habla sobre la fuerza y el consuelo que Jesús brinda a los corazones pecadores y afligidos. En palabras sencillas, describe cómo Jesús actúa como médico para todos los dolores del corazón y como consolador.
El texto comienza con los versos 'Jesu, Kraft der blöden Herzen, Trost in aller Bangigkeit', donde se describe a Jesús como fuente de fuerza y consuelo para aquellos que se sienten débiles y desesperados. Él es como un bálsamo para las heridas del pecado y como médico para cualquier dolor del corazón.
Luego se dice 'Meines Herzens Brunnen quillet, Lauter angebornen Wust', lo cual significa que nuestro corazón está naturalmente lleno de pecado y malos deseos. Estamos heridos y marcados por malos hábitos. No hay ni una gota de nuestra sangre libre de pecado.
El texto también muestra cómo a menudo somos abrumados por las tentaciones del diablo, de la carne y del mundo. Antes de poder acudir al Salvador, caemos una y otra vez en el pecado. Nuestra alma debe sufrir antes de poder respirar correctamente.
Para elevarnos a Dios, nuestra propia voluntad no es suficiente. Necesitamos el Espíritu de Dios, que nos ayuda a luchar contra nuestros deseos carnales. Porque mientras estemos cargados con el tormento de nuestros pecados, no podemos encontrar paz.
El texto invoca a Jesús como el Salvador de los pecadores enfermos. Él es la fuente de vida que ayuda a los débiles y cuya curación siempre tiene éxito. Jesús puede aliviar el sufrimiento y el dolor, e incluso evitar la muerte.
El texto termina con la petición de que Jesús entre en nuestro corazón con gracia y nos sane de nuestras viejas heridas con su sangre. Cuando nos llena con su Espíritu, nuestro corazón estará lleno de nueva fuerza y vida. Prometemos alabarlo por su misericordia con himnos de alabanza.
En resumen, la letra de la canción 'Jesu, Kraft der blöden Herzen' de 'Kirchenlieder' describe la importancia de Jesús como consolador y médico para los corazones pecadores y afligidos. Él es la fuente de fuerza y consuelo que puede sanar nuestras heridas y liberarnos de nuestro pecado.