Interpretación
La canción "En el muelle de San Blas" de
Maná es una triste historia de amor sobre la fidelidad, la esperanza y la soledad.
Trata sobre una mujer que espera el regreso de su amado, quien partió en un barco desde el puerto de San Blas. Él le prometió volver y ella, llorando, prometió esperarlo ("Ella despidió a su amor, él partió en un barco en el muelle de San Blas, él juró que volvería, y empapada en llanto ella juró que esperaría").
Los años pasan y ella sigue esperándolo, siempre con el mismo vestido, esperando que él la reconozca ("Llevaba el mismo vestido, y por si él volviera no se fuera a equivocar"). Su soledad y tristeza están simbolizadas por los cangrejos que muerden su ropa ("Los cangrejos le mordían sus ropajes, su tristeza y su ilusión").
Con el tiempo, ella se enamora del mar y su cuerpo se enraíza en el muelle, lo que simboliza su profundo vínculo y su negativa a abandonar el lugar ("Y del mar se enamoró y su cuerpo se enrraizó en el muelle").
Los habitantes del pueblo la llaman la loca de San Blas, pero ella se mantiene firme en su esperanza y amor ("Y en el pueblo le decían, le decían la loca del muelle de San Blas"). Incluso cuando intentan llevarla al manicomio, nadie puede separarla del mar ("Y una tarde de abril la intentaron trasladar al manicomio, Nadie la pudo arrancar, y del mar nunca jamás la separaron").
El estribillo repite su soledad y olvido ("SOLA, SOLA EN EL OLVIDO"), lo que subraya su aislamiento y determinación de esperar a su amado, sin importar los desafíos y el tiempo que pase.
La canción termina con la mujer quedándose sola en el muelle, unida al sol y al mar, esperando hasta el final ("Se quedó, se quedó, sola, sola, Se quedó, se quedó, con el sol y con el mar, Se quedó ahí, se quedó hasta el fin, Se quedó ahí, se quedó, en el muelle de San Blas, Sola, sola se quedó...").